UNA LECTORA EN DEFENSA DE VICTORINO.


En días recientes el reconocido comunicador criollo fue objeto de una mordaz crítica por "quebrantar las convenciones" del tradicional lector de noticias, que desde siempre ha sido proyectado tieso, cual maniquí de tienda.

Félix Victorino se ha atrevido a transgredir ese tabú, y la fórmula ciertamente ha dado resultado. Su segmento en Súper Exitos, al menos en lo que a New York respecta e imagino que lo propio sucede en dominicana, ha calado ampliamente en el gusto del público. Hay un detalle inobservado por Quiñones en su crónica de Diario Libre -de la cual nos hicimos eco en este medio- : Victorino gusta más por el fondo que por la forma.

Sus comentarios, sin dudas elocuentes, reflejan a un comunicador de fuste, a un hombre cuyo norte primordial es abordar objetivamente las noticias, sin miedo ni tapujos.

En un medio en el que escasea tanto la verdad, hay que encaramar a un pedestal a quienes sí la dicen. Importa poco si se tuerce, si se
rasca la cabeza o si emplea un estilo altisonante.

Lo que sí importa, a la postre, es que Félix Victorino se maneja de forma rectilínea y equilibrada -además, cómo no aplaudir a quien desde el solemne foro de un noticiario es capaz de matar una mosca en pleno aire, de ser menester.

Esa naturalidad no tiene precio -y Barack Obama bien que lo sabe- empero cualquier otro presentador de noticias criollo se dejaría hasta picar de una avispa sin inmutarse ni parpadear, todo en aras de mantener una falsa compostura que lo deshumaniza y convierte en un virtual robot. De tal suerte que Victorino es humano, y parece ser eso lo que más lo ha conectado con el gran público que le sigue y aclama.

Uso en este caso como ejemplo al aventajado de Jaime Bayly, cuya corbata azul de siempre fue duramente criticada en Miami. A esto, Bayly respondió con la sorna y burla consustancial a su estilo: "Uso en mi programa la corbata azul, la misma todos los días, porque
el mérito de esto debe estar en el contenido de lo que hablo, no en los atuendos y adornos que me rodean.

Va llegando el momento de probar que hasta desnudo, despeinado y desaliñado es posible captar la atención de un público serio. Lo mismo debería decirse de Victorino.

ANLLY ORTEGA (anlly240230@hotmail.com)

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