Bulla, desorden, caos, voceadora de palabrotas era el ambiente que se vivía en el interior de un autobús procedente de Los Ciruelitos de Santiago que participó en las festividades del Carnaval Vegano.
La joven de unos 26 años de edad, visiblemente airada, lanzaba aruñazos y dedicaba un rosario de improperios a los nombrados Manuel el Zángano y Capulina el nieto del Diablo, según afirmó esta la estaban brechando mientras se cambiaba la ropa interior en el autobús apagaron la luz interna del vehiculo y cuando la encendieron las prendas no estaba. El motivo de sus retalios era que si llegaba a su casa sin pantys ni brasieres su esposo, a quien apodan Bobote, le pegaría un calderito entre la nuca y el calcañal izquierdo acusándola de cuernera y vagabunda.
Entre lagrimas y gipidos la muchacha argumentaba que no volvería a vivir la experiencia de que le quemen la ropa frente a su casa, porque en una ocasión fue vista saliendo de una cabaña con un tipo y eso casi le cuesta la vida, su matrimonio y un trabajito que posee en una banca de lotería en el Hospedaje del Yaque.
La joven fue medicada con calmantes porque sufrió una crisis nerviosa, siendo consolada por el chofer del autobús quien le agarró las nalgas argumentando que estaba medio caliente tras haber ingerido 14 cervezas tipo Light.
Comentarios
Publicar un comentario