Cientos de personas acudieron a la ciudad de la Vega con el fin de participar en las tradicionales actividades de carnaval.
Entre las novedades de este año, varios parroquianos que salieron encueros de manera repentina a celebrar, uno de ellos recibió un vejigazo en las costillas quedando privado en el pavimento, siendo auxiliado por varias personas quienes le socorrieron y le dieron a oler bay rum para que recobrara el conocimiento.
En un establecimiento comercial denominado Ling Pollo, dos hombres se marcharon de forma apresurada en una motocicleta después de comerse 18 piezas de pollo frito sin pagar.
Una señora recibió un saco de galletas y trompadas al ser sorprendidas por su concubino participando en una competencia de besos que tenían en una tarima montada para la ocasión, después de la golpiza la agredida expresó que cogió sus galopones pero lo hizo con gusto porque el hombre que se sindicaba como su esposo solo le faltaban cuatro palos y dos hojas de zinc para convertir su aliento en sanitario.
En otro orden, un grupo de tigres que venían en un tours desde el municipio de Yaguate, en un autobús tipo Omsa, se revelaron en contra del chofer y amenazaron con prenderle fuego al vehiculo porque este le había escondido dos potes de romo los cuales presuntamente procedería a vender tan pronto llegue a su destino. Uno de los manifestantes ripió una camiseta la cual enchumbo de triculí y luego encendió construyendo una antorcha improvisada con la cual pretendía llevar a cabo dicha acción.
Un señor de apellido Valdez fue despojado a punta de pistola de la mitad de una pieza de pollo por dos desaprensivos que se desplazaban en una motocicleta vestidos de diablos cojuelos, el agraviado agarró un peñón y a una distancia aproximada de 10 metros le metió una pedrada a uno de los cacos quien resultó con una herida sangrante y con uno de los cachos de la careta roto, se escabulló entre la multitud y todos pensaban que la sangre era parte del disfraz.
La música de El Torito puso a bailar a todo el vivo que se dio cita desde la capital y otros pueblos del interior del país en el Club Guaricano.
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