
Ese estudio, titulado "Beauty is in the eye of the beer holder" (la belleza está en el ojo del que sostiene una cerveza), aborda el papel del alcohol en el atractivo que cada uno se atribuye y utilizó como cobayas a un grupo de personas en un laboratorio y en un bar, según publicó hoy la Universidad Paris-Descartes.
El estudio barajó dos hipótesis: que con el consumo mejorara el atractivo que cada uno se otorga, o que hubiera respuestas más polarizadas que hicieran que quienes se creen interesantes reforzaran esa creencia, y que quienes no se ven con esa misma bondad ahondaran en sus defectos.
En una primera parte, con 19 personas en un bar, se hizo que los participantes explicaran cuán atractivos, brillantes, originales y divertidos se creían, y resultó que al incrementarse el alcohol ingerido mejoraba igualmente su opinión sobre sí mismos.
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