
La política, las pasiones, el desenfreno y los excesos caracterizaron esta contienda, que ha final de cuenta concluye como cualquier otra y la vida continua su agitado curso. Mas allá de las celebraciones de los que se consideran victoriosos y las penas de los derrotados, se encuentra una nación abatida y desgastada por mas de 8 meses de ajetreo proselitista, es tiempo de tomar un respiro, limar asperezas y trabajar todos por el porvenir de nuestro nuestra nacion.
Hoy, podemos afirmar, que sobrevivimos a las inclemencias de esta ardua batalla, esperando que de todo este trajín nos haga madurar como pueblo, y que el resultado de este proceso electoral sea para el bien de todos.
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