UN CÓNCLAVE DE LA MÚSICA


Héctor Acosta ha tomado la iniciativa de convocar para mañana a un encuentro con las princilpales figuras del para analizar la problemática del negocio de la música y el espectáculo, que  como se se sabe se encuentra en problemas, con las actividades disminuídas a niveles preocupantes.
Qué está pasando con la industria criolla de la música?. Por qué apenas en la capital sólo se puede bailar los lunes con una orquesta de categoría, diferente a otros tiempos en que la diversidad de propuestas en la semana, eran un gran atractivo para turistas y criollos?.
En qué medida los precios a que se cotizan las orquestas inciden en el problema de falta de rentabilidad en las actividades que organizan los promotores.?
 Por qué orquestas que cobran elevadas sumas por contratos ellas mismas no pueden recaudarlas cuando se presentan en algun lugar por su cuenta o mejor dicho, por la puerta.?
Por qué se han puesto de moda los denominados "drinks", al igual que los "liquor store", los centros cerveceros y los colmadones, y ya ni la gente de clase media, va a las discotecas, lounge y night clubs, obligando al cierre de muchos de ellos?.
Qué tanto incide el hecho de que el que va a una fiesta baiable con una orquesta, tiene que estar preparado para, aparte de la alta taquilla, pagar por un trago lo que vale casi la botella entera en una tienda de licores?.
Si se va a analizar todo esto, pienso que se estaría dando en los puntos de lo que realmente acontece.
El problema de la industria no es sólo el del estilo del merengue que se está haciendo, perpetuado por exponentes envejecientes, que no han dado paso a los relevos.
Hay mucha tela por donde cortar.
Y ojalá que los protagonistas principales participen, analicen y debatan el tema.
 Porque ningún sector más desunido, apático, indiferente , egoista y presumido que el de los artistas del merengue, aunque corriendo cabeza con cabeza con los de la bachata, que también confrontan los mismos problemas, aunque en algunos de estos casos, debido más bien a falta de conciencia y a brutalidad.

Comentarios