Las dos cantantes se marcan un catfight en pleno ‘American Idol’. Sus amenazas y gritos siembran la duda en el plató. ¿Hablamos de teatrillo o de odio profundo?
El mal rollo entre Nicki Minaj y Mariah Carey ya venía de atrás. Los medios llevaban tiempo anunciando el descontento que las cantantes habían manifestado por tener que trabajar juntas como jurado del programa ‘American Idol’. Las quejas de Mariah ante los retrasos de Minaj y las continuas interrupciones de Carey cuando su compañera valoraba las actuaciones no hacían más que echar leña al fuego. Hace tan solo una semana, ambas se apresuraban a desmentir estas acusaciones en una rueda de prensa en Nueva York. “Nos llevamos estupendamente”, senteciaba Nicki. Y para desterrar aún más los rumores, Nicki se marcaba un peloteo en toda regla. “Mariah es una leyenda… Es una gozada sentarme junto a una mujer a la que admiro desde que soy consciente de disfrutar la música”. Claro, claaaaro…
Nicki cobra 12 millones de dólares. Mariah, 18 millones. Quizás esta ligera diferencia (decir ligera cuando se habla de 6 millones de dólares es realmente doloroso, amigos) es la que ha hecho a Minaj explotar (no literalmente, como ansía su compi). Resulta que Nicki amenazó con pegarla, soltó perlas como “no voy a sentarme aquí mientras me acosas cada minuto” y gritó a los productores “Ya os lo he dicho, no me voy a poner al nivel de ésta”. Todo por no ponerse de acuerdo en una valoración (parece que no han entendido el dicho “para gustos, colores”). El pobre Keith Urban, que se sienta entre ellas, estaba más tenso que Christina Aguilera en un Naturhouse.
Para calmar el ambiente, las audiciones se suspendieron ese día. ¿Habrá que lanzarles dardos tranquilizantes a las divas para que aguanten la temporada entera sin matarse?¿Conseguirá Carey librarse de su compañera poniéndola al borde de un ataque de nervios cada día? Teniendo en cuenta la poca gracia que le hizo saber que no sería la única mujer del jurado, puede que Carey esté atacando como mejor sabe.
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