Blue Ivy, hija de Beyoncé y del rapero Jay Z, acaba de cumplir un año, pero ya tiene más de lo que la mayoría tendríamos en cien lustros de vida. Para comenzar, la pequeña ya cuenta con canción propia (el tema “Glory”, del feliz papá, no solo es una pastelada sobre ella, sino que incluye su llanto), un caballo balancín de oro valorado en 600.000 dólares diseñado por el japonés Ginza Tanaka, una cuna en forma de carruaje de PoshTots cuyo precio ronda los 20.000 dólares, un silla cubierta por cristales Swarovski diseñada por Carla Monchen, un traje de John Galliano… ¿Sigo, o me corto las venitas?
El caso es que a su fortuna, la pequeña puede sumar el tener una guardería propia, pues sus sencillos padres han alquilado una guardería en Barclays Center, un estadio situado en Brooklyn. Puesto que son grandes aficionados al baloncesto (en concreto, a los Brooklyn Nets), no han querido reducir sus visitas al estadio, donde Jay actuó ocho veces el pasado año. ¿La solución ha sido reducir su agenda o dejar de lado sus visitas a los partidos? NO: han optado por pagar un “ínfimo” alquiler valorado en un millón de dólares al año. Pero no os creáis que es un lugar al uso con sus pizarritas y sus juguetes didácticos, sino un espacio acristalado repleto de champagne en el que no podía faltar una enorme televisión. Jaz permite usar a sus amigos usar la “guardería” cuando ellos no están como centro de fiestas. Esto suena aún menos infantil que el Wonderland de Michael Jackson…
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