
Además rodaron por los suelos decenas de huevos y salamis cuyo destino era su comercialización en el vecino país.
Los productores de huevos, ante la situación procedieron a defenderse a huevasos limpios frente a las autoridades haitianas.
"Tenemos órdenes superiores de no dejar pasar ni un solo huevo para Haití", dijo un militar haitiano apostado sobre el Puente del Río Masacre. El militar y otros compañeros portaban armas largas.
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