
New York, (SL) -Hace
tiempo que vengo criticando un mal manejo de imagen que se observa en
la joven la carrera artística de Prince Royce donde se ejecutan
estrategias que aparentan ser buenas, pero que al final perjudican el
nivel de estabilidad que debe vender el artista.
Nuestras críticas en nada persiguen un interés personal en perjuicio de este joven intérprete del género bachata, me identifico plenamente con su estilo y admiro su humildad como persona, pero como ya es sabido, la razón no quita el conocimiento.
Recuerdo
que por el mes de febrero del 2012 le critiqué el error que cometieron
al llevarlo de sorpresa al matadero, para cantar en el concierto de un
Romeo que con apenas meses de lanzarse como solista, logró reventar a
toda capacidad el Madison Square Garden.
En esta ocasión el pobre Prince Royce no pudo ser reconocido a su entrada, el audio no le funcionó, y simplemente creo confusión de identificación en el público. Sus estrategas no tomaron en cuenta el que en ese momento su artista ocupaba sin apuros el vacío que dejó la desintegración del grupo Aventura.
Lo
mismo ocurrió por el mes de agosto del mismo año, se promovía en todos
los medios de incidencia dominicanos un súper concierto en la capital
del país, donde se desplegaba en grande la participación del hoy
desintegrado dúo “Wisin & Yandel” y de manera diminuta la imagen del
bachatero internacional, segundo en rango, Prince Royce, dando la mala
impresión de que su participación se trataba de un simple relleno.
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