Mediante intensas labores de chivateo, chismes, murmuración, contadera y asechanza, la marina de guerra desarticuló una banda de atracadores que se dedicaba a robar a pescadores de la bahía de Samana y Sabana de la mar a quienes abandonaban a su suerte en alta mar luego de despojarlos de motores fuera de borda, la pesca del día y según una fuente en ocasiones los obligaban a tener sexo con alguna especie marina para luego estrallarse de la risa como supuestamente a punta de pistola conminaron a un pescador para que se lo metiera a un pulpo.
La división de inteligencia naval estaba dando seguimiento a la banda que mantenía en zozobra a los pescadores que en múltiples oportunidades fueron a quejarse porque no les dejaban trabajar en paz, con los ojos llorosos Moreno Chepart cogio un arpón y fue a poner una querella en un destacamento de Samana donde hizo constar que si encuentra a cualquiera de los tipos que lo despojaron de su lancha les atravesaría el pecho sin importar lo que le suceda después.
Los apresados son Robertillo de los Santos, Noni de la Cruz Mieses y Javier Eusebio Paulino Sandoval, los pescadores Carlos Evangelista Calcaño y Francisco Jiménez, identificaron a estos dos individuos a quienes calificaron como “LOS HIJOS DE LA GRAN PUTA” que vestidos de militares portando armas de fuego los atracaron y amenazaron de muerte lanzándolos a las aguas del río Yabon para que salieran como Dios los ayudara no sin antes darle “VARIOS PESCOZONES” como avance por si querían revelarse en contra del robo. Ambos denunciantes son residentes en la Sección Los Róbalos de Samaná.
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