Hace más de 15 años el movimiento cristiano adquiere connotaciones que deben de ser estudiadas si es que se puede. Era muy difícil encontrar jóvenes en ese campo. Ya es común verlos.
Se encuentran en todos los sitios, los medios de transporte son un vivo ejemplo de lo que decimos y en cualquier momento escuchamos unas palabras de consuelo o un llamado a la lectura del libro sagrado.
Muchos personajes de un momento a otro hacen su crossover al cristianismo, eso lo vemos en militares, políticos, artistas, etc. no así en funcionarios.
Parece que el señor no ha llegado a ellos. A veces los tomamos con pinzas, pues no creemos en la sinceridad de aquellos que lo proclaman tanto. Como en todo, hay buenos y malos, uno que con su vida sin pregonar, ni intentar fanatizar a nadie, son un ejemplo de desprendimiento y amor a los demás.
Otros se refugian en el traje de cristianos escondiendo sus verdaderas intenciones. Esto se ve muy frecuente en algunos jodedores de hoy. Que Dios te bendiga, dicen. Hasta luego varón. A veces recuerdan al Fausto de Goethe que vendió su alma al diablo a cambio de ser joven por el amor de una mujer. Al final Dios lo perdonó.
El exceso de protagonismo de muchos y en ellos artistas nos preocupa. Creo en segundas y terceras oportunidades, lo que me pone un poco arisco es la manifestación que burdamente hacen.
Tercer Cielo, Israel y Moisés, Tes- A-T, Benhur, Misael (Bach), Lilly Goodman, René González, Marcos Yaroide, Nancy Amancio, Jesús Adrian Romero, Samuel Hernández, Nirmita, Isabel Valdez, Juampa & Lenny, etc., son algunos de los muchos que decidieron tirarse al ruedo del mundo sin dejar sus creencias y demuestran que no son buenos, que son excelentes. C
omenzaron como las épocas de las catacumbas, en silencio y hoy alzan su voz en cualquier lugar. Creemos, como creímos ayer que su música se impondrá poco a poco, pero seguro, creen en lo que hacen y hacen lo que pregonan. En liceos, en universidades, escuelas y barrios, ya están ahí, ya llegaron, contando con las manos del que más puede… triunfarán.
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