Para muchos, hablar de merengue es hablar de República Dominicana, pero también es cierto que el ritmo de la güira, la tambora y el acordeón (como era en un principio) ha dejado de ser criollo para ser disfrutado por el mundo entero.
Desde Puerto Rico hasta Japón, el nombre de está música tan contagiosa se ha paseado con los diferentes exponentes que hay en suelo criollo y también con algunos extranjeros que lo han adoptado. Es justo una de las razones que motivó a los senadores Edi Fernando Mateo Vásquez y Manuel Antonio Paula para introducir una iniciativa ante el Senado a través de la cual se solicita a la Unesco, que el merengue sea declarado patrimonio intangible de la humanidad.
Esta iniciativa fue acogida y convertida en la resolución número 00632-2011 el pasado miércoles.
La noticia fue recibida con beneplácito no solo por los legisladores que la impulsaron, sino por gestores culturales y veteranos músicos como Dioni Fernández y Manuel Tejada.
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