RESPIRAR PUEDE AUMENTARLE DE PESO


 
Investigadores daneses barajan la posibilidad de que las emisiones de CO2 a partir de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural, hagan engordar a los humanos.
La teoría surgió hace varios años, cuando Lars-Georg Hersoug, del Centro de Investigación para la Prevención y la Salud en el Hospital Universitario de Glostrup, analizaba un estudio sobre la variación en el peso de un grupo de daneses durante un periodo de 22 años.
Hersoug pudo observar que todos los participantes, incluidos aquellos sin sobrepeso, engordaron de manera proporcional durante esos años. Una de las explicaciones fue que las orexinas, hormonas neuropéptidas excitantes que estimulan la vigilia e incrementa el ansia por la comida, se veían afectadas por el CO2, provocando que los individuos se fuesen a dormir más tarde, afectando por tanto al metabolismo y derivando en un aumento de peso.
Desde entonces, Hersoug ha tratado de encontrar más pruebas que apoyen su teoría. Una de ellas es que la obesidad aumentó rápidamente entre 1986 y 2010 en la costa oeste de EE. UU., donde las concentraciones de CO2 son las más altas.

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