El proyecto de ley sometido por el Poder Ejecutivo para el control de
expendio, suministro y consumo de bebidas alcohólicas es un buen intento
para darle validez jurídica a una equivocada normativa que, como
anticipamos hace tiempo, no iba a cumplir su cometido de reducir los
niveles de delincuencia en el país.
Ya lo decíamos en un escrito anterior: “La delincuencia no sube porque la
botella baje y los atracos diurnos son mayores que los chupes nocturnos”.
La industria del entretenimiento está en una crisis sin precedentes y me
atrevo a afirmar que una de las causas principales radica en la medida de
regularización de horarios que ya cumple 5 años.
El sometimiento al senado de este proyecto es una oportunidad de oro para
que el sector artístico deje escuchar su voz en las vistas públicas y
pueda exponer sus puntos de vista haciendo mayor énfasis en cuanto a los
horarios para las actividades recreativas.
De los considerandos conocidos en el proyecto de ley hay dos cosas que
llaman poderosamente la atención.
La primera es lo referente a dejar al
criterio de una autoridad los permisos para casos especiales, lo que
permitiría tráfico de influencias que beneficiarían a algunos y
perjudicarían a otros.
La ley es igual para todo el mundo y nadie puede
subvertir su espíritu.
Si en este momento los protagonistas del área espectáculo no alzan su voz
para hacer entender que “la fiebre de esta sábana no está en la enfermedad
de beber”, llorarán lágrimas de sangre cuando el descalabro total llegue
al mundo del espectáculo. Por ello me atrevo a sugerir lo siguiente:
NUEVOS HORARIOS DE CIERRE DE NEGOCIOS POR CLASIFICACIÓN DE LUGARES DE
DIVERSION
1.- NIGHT CLUB-CAFES-BARES CERRADOS-DISCOTECAS-RESTAURANTES CON ALCOHOL
Domingo-Jueves 2:00 a.m.
Viernes-Sábado 4:00 a.m.
2.-CAFES-BARES ABIERTOS-COLMADONES-PLAZAS ABIERTAS
Todos los días 12:00 Noche
3.-CLUBES SOCIALES-CENTROS TURISTICOS-PATRONALES-RESTAURANTES SIN ALCOHOL
Sin restricciones
4.- FIESTAS CALLEJERAS
No permiso
En cuanto a los demás considerandos del proyecto nada hay que agregar,
pues son normativas que figuran en los códigos conductuales de cualquier
sociedad.
Como ya expresé una vez: “Que siga la medida difícil, pero
hagamos la bebida fácil”.
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