Es importante manejar con recelo y delicadeza dichos alegatos, puesto que podrían afectar la productividad de las industrias criollas que por tradición han servido como muletas de apoyo para nuestra economía, recalcando además, el legado social de carácter humano que estas instituciones han sembrado en las comunidades mas empobrecidas.
Resulta inconcebible que, mediante premisas irregulares, se de pie al descrédito de empresas que han cimentado su prestigio en roca sólida a través de los años, y que además han representando el sustento de miles de familias dominicanas por generaciones.
Es bien sabido por todos, que es importante constatar que los productos y servicios que se ofertan a los consumidores locales sean de calidad, pero si estas investigaciones se hacen de manera VAGA y CHARLATANA, resulta un hecho grave para la productividad local.
Dichas instituciones que se dicen ser de defensa al consumidor local, deben asumir una postura de respeto y cuidado antes de alzarse con manifestaciones alegres que afecten la operatividad de empresas que a través de los años han probado su seriedad y prestigio a través de una larga data de aportes sociales y creación de empleos.
Todo este "ESPAVIENTO" nocivo e irresponsable, no solo afecta al empresariado dominicnao, sino que también se revierte sobre el mismo organismo que lo promueve, puesto que CUALQUIERISA sus funciones y pierde la fe pública.
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