El último capítulo de la triste y trágica historia de la muerte del actor estadounidense Robin Williams es su descanso en paz. Incinerado, como la familia ha indicado, los restos de cenizas han sido depositados en su amado San Francisco, junto al mítico puente. Fue su ciudad durante casi 50 años.
Se ha podido saber que las cenizas han sido esparcidas un día después del suicidio del actor. El certificado de defunción, que acaba de hacerse público indica los detalles sobre el procedimiento que tuvo lugar después de encontrar el cuerpo sin vida ahorcado con su propio cinturón.
El funeral tuvo lugar en la Capilla de San Anselmo, el día 12 de agosto, un día después de la muerte, y momentos antes de esparcir las cenizas por el puente de San Francisco. La estrella de Hollywood deja viuda a su mujer, Susan Schneider, y huérfanos a sus tres hijos; Zelda, Zachary y Cody.
Según una fuente cercana al actor fallecido, la muerte de Robin no estuvo planeada de antemano, y que uno de los medicamentos que tomaba para combatir el párkinson puede llevar al fatal desenlace. El actor estaba inmerso en dos proyectos que comentó con varios amigos.
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