EN PUERTO RICO TAMBIEN: "HAY CAMARAS EN LOS MOTELES"


Hace unos meses ofrecimos una información que daba cuenta sobre el “EL USO DE CAMARAS EN MOTELES Y CABAÑAS DE LA CAPITAL” según una fuente para “PARA FINES DE SEGURIDAD” por los altos niveles delictivos que se aprecian en el país, donde tambien suben los videos a la red de internet. En este link podemos encontrar la informacion exclusiva:
(http://enbromayenserio.blogspot.com/2009/06/lo-ultimo-en-algunas-cabanas-tienen.html)
Resulta que en Puerto Rico el fenómeno también esta tomando por sorpresa quienes hacen uso de este servicio, a continuación un reporte con la firma de Arys Rodríguez Andino para el periodico Primera hora.

Aun cuando la prisa por consumar una cita íntima puede nublar el pensamiento, más vale tomar precauciones para asegurarse de que su encuentro sexual no termine a la venta en un pulguero.

El detective Ismael Vázquez Fernández, presidente de Executive Professional Research, reconoció que, aunque existe el derecho a la intimidad, nada impide que personas inescrupulosas coloquen cámaras diminutas es un espacio que se presume privado.
“A simple vista es bien difícil de detectarlo. Obviamente, cuando llegas, no te vas a poner a buscar, pero puede estar detrás de un cuadro”, declaró Vázquez Fernández, quien lleva 25 años en la industria.
La cabecera de la cama, los botones de un televisor y un falso espejo en el techo sobre una cama de motel pueden ser los lugares escogidos para grabar actos sexuales.
En un espejo, precisamente, fue que presuntamente Miguel Díaz Mulero encontró una cámara de vídeo en la habitación 44 del hotel La Fuente.

Según reseñado en un informe de prensa, el individuo estuvo varias horas en el cuarto antes de fijarse en la presencia de la cámara, de la que notificó a la gerencia de la empresa y a la Policía. Ahora reclama una indemnización de $125,000.
Para el detective Vázquez Fernández, deben ser muchos los casos de las personas filmadas que se dan cuenta pero no lo notifican por temor a que se descubra un encuentro clandestino.

“Sabrá Dios a cuánta gente le ha pasado, pero se quedan callados. Esto lo hacen para vender las películas”, expresó.
Aun cuando entiende que el demandante va a prevalecer en su pleito civil, Vázquez Fernández considera que son muchos los riesgos a los que se exponen los clientes de moteles.
Llegar y que la tablilla del carro quede registrada es uno de ellos.

“Lo primero que se toma para récord es la tablilla, que es como un seguro social. Te pueden estar filmando y verificar la dirección (a través de la tablilla) y te pueden extorsionar”, especuló el empresario.
A una persona soltera, mencionó, quizás no le importe, pero si es casada y la escena la compromete, “va a pagar para que no lo divulgues”.
A pesar de que es relativamente sencilla la colocación de artefactos de espionaje, el experto en investigación privada no cree que haya sido un empleado. “Y si fuese así, ya el dueño hubiera dado cara para salvar la credibilidad”, analizó.
Algo que se cuestiona el detective es cómo el demandante se dio cuenta de que había una cámara encendida.

“Si estaba en el techo de espejo, puede que sea papel espejo (una cubierta que permite ver de un lado y del otro se refleja como espejo). A lo mejor la luz estaba tenue y la poca luz hizo que se viera”, expuso.
El abogado Jorge Gordon, quien representa a Díaz Mulero, manifestó que aunque los “jueces son seres humanos y ellos los adjudican a base de los hechos”, hay pruebas para establecer que una semana después del descubrimiento de la cámara en el motel pasaban la cinta en la que figuraba su cliente.
Acerca de por qué una suma que, a juicio de muchos, puede ser pequeña con relación al hecho, dijo que “nosotros estamos dentro de las realidades del Puerto Rico de hoy”.

Pero, cierta o no la presencia de una cámara de vídeo en La Fuente, los encargados de otros moteles vecinos no quisieron comentar sobre las garantías de confidencialidad que les ofrecen a sus clientes.
En el Motel Ok, famoso por la modelo del bikini rojo y las “cabañas ejecutivas”, prefirieron no comentar nada. Lo mismo ocurrió en el Lisboa y en el Sans Souci.
En La Hamaca, el empleado Jesús Camacho declaró que no se explica cómo supuestamente colocaron la cámara ni cómo el cliente se pudo dar cuenta.

Aunque la garantía de confidencialidad es “de palabra”, dijo que el que quiera verificar puede rebuscar en la habitación.

“Si ellos quieren verificar, que verifiquen. El plafón es acústico. Pueden chequiar (sic)”, dijo sobre las cabañas que, empiezan en $25 por 12 horas entre lunes y jueves. Los fines de semana, las horas se reducen, pero la tarifa permanece.

Camacho mencionó que ayer habían recibido clientes nuevos, pero no puede asegurar que sean los que ya no confían en La Fuente. Más bien los atribuye a que sus habitaciones están remodeladas.
“Ya he atendido a 22 clientes”, afirmó a las dos de la tarde, una buena movida para un lunes.

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