Sonia Martínez Romero, la mujer que cercenó el pene a su esposo en Hato Mayor, tuvo que "ENCUERARSE" ante la jueza y abogados para demostrar que la "SALSEABAN", ya que el hombre que se lo "MOCHARON" declaró que nunca había maltratado a su mujer ni con el petalo de una rosa y que ese era un argumento para evadir los celos.
El victimario dijo además que en algunas ocasiones tenían encuentros íntimos en los que jugaban con un poco de fuerza.
Martínez Romero declaró que duró siete años aguantando trompadas, pelas a planazos de machetes y puyones de cuchillos en su cuerpo, para evitar familiares y especialmente su hijo, Leo Martínez que es boxeador llegara a saber de los abusos a que era sometida por Nolasco Vilorio.
“Yo vivía en una prisión en mi propia casa, me negaba a hablar con las vecinas, no podía saludar a ningún hombre, porque desde que estábamos solo me entraba a trompada y me puyaba con cuchillos y navaja”, reiteró la sufrida mujer, que recobró su libertad después que tuvo que desnudarse para demostrar a la juez de instrucción que era maltratada.
La dama dijo no estar arrepentida aunque confesó que sigue amando a su marido y le pidió fuerzas a Dios para no volver con el.
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