LA TRISTE REALIDAD DE UNA ESTRELLA APAGADA.





Jerry Vargas está vivo de milagro. Un accidente en una motocicleta lo ha dejado casi sin memoria. Poco recuerda de sus años de gloria cuando era uno de los merengueros más pegados en la década de los ochenta.

La historia de quien se dio a conocer con el mote de “El Nazareno” muy bien podría servir para el guión de una película.

Tras más de 30 años de carrera artística, el merenguero vuelve a atravesar por un momento muy difícil en su vida. Ahora recluido en casa de una hermana, Sonia Vargas, y al cuidado de su sobrina Jamairy Batista Vargas, “El Nazareno” se recupera de las heridas fruto de un accidente que sufrió el pasado jueves.

Vargas, quien a principios de los 80 saboreó las mieles del éxito cuando pegó temas como “Ojos mexicanos” y “Bésame mucho”, fue embestido por otra motocicleta en el residencial Brisas del Este, en donde vive solo, acompañado nada más que de su piano.
“Mi tío iba en la cola de un motor y venía otro motorista echando una competencia, entonces fue cuando lo chocó y fue atropellado”, contó Jamairy Batista.

A sus 54 años Jerry Vargas no pudo contar con la suerte de guardar una fortuna para sus años posteriores y en los últimos tiempos se mantenía tocando en diferentes bares de la ciudad, acompañado de su piano.

Tras seis producciones discográficas, Jerry Vargas viaja a Estados Unidos en una gira con su orquesta.
En esa época la crisis comenzaba a arropar a las agrupaciones merengueras y todos los músicos decidieron quedarse a vivir ilegal en Estados Unidos.

Allí Jerry trató de volver a formar su orquesta, pero la situación era difícil. Las drogas comenzaron a arropar su vida y se convirtió en un adicto.

En 1995 El Nazareno llegó al país muy enfermo y se internó junto con uno de sus coristas, Raúl Silfa, en Hogares Crea.

Jerry vivía solo en su casa en Residencial Brisas del Este. Es padre de seis hijos. De ellos cuatro viven en Estados Unidos, una es DJ en España y otra de sus hijas reside en República Dominicana.

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