PAULINO NO DEBE PROMOVER EL CAOS DESDE PRO CONSUMIDOR


La autoridad no puede constituirse en fuente de caos, y me parece que esa premisa no es  valorada en su justa dimensión por la directora del Departamento de Protección a los Derechos del Consumidor, Altagracia Paulino.
Es innegable que en diversas ocasiones la titular de Proconsumidor ha sacado la cara por la población, pero se advierte en ella una marcada tendencia a precipitarse.
De todas las batallas que ha emprendido Proconsumidor, la mejor llevada es la que busca aplicar controles a la venta del gas licuado de petróleo, ya que sus comercializadores actúan casi a la libre.
Es muy cierto, al comprar GLP las amas de casa, microempresarios y choferes, desconocen la cantidad y composición del producto que se les sirve, y por ello es oportuna la colocación de balanzas.
Ojala que finalmente el gas de cocinar se venda de nuevo pesado y no por galón, a diferencia de ahora, y que con regularidad se determine su calidad mediante pruebas aleatorias, como pide Proconsumidor.
Ahora bien la forma en que se manejó el tema de los embutidos no fue la mejor por parte de Proconsumidor, y no respondo a los intereses de ese sector, en absoluto. 
Pero el informe se quedó a medias, ya que los resultados, amén de que fueron difundidos muchos meses después de analizadas las muestras colectadas, nunca revelaron las marcas de salamis contaminadas con bacterias fecales.
También debieron establecer los porcentajes de carne mecánicamente deshuesada (MDM), glutamatos, nitratos, colorantes y otros químicos nocivos que cada marca utiliza para la elaboración de los salchichones criollos.
Ahora, ante la detección en Estados Unidos de algunos contingentes de arroz y jugos contaminados con arsénico, Altagracia Paulino responde al primer periodista que se le pone en frente que: “investigaremos el mercado nacional para ver si hay cereal con el veneno”.
A mi entender, Paulino primero debió reiterar ante los medios el criterio generalizado de que el arroz criollo, el que consume la mayor parte de la población, está libre de contaminantes, y a seguidas referir que se mantendrán vigilantes en torno al importado frente al letal arsénico.
Este tipo de informaciones tiende a crear confusión en las masas, y en una situación de crisis lo menos deseable para el país es que se caiga la demanda y consumo de arroz nacional.
Además de alimento básico de la República Dominicana, donde su consumo nacional  per cápita anual es de  45 a 50 kilogramos, el arroz es clave para la seguridad alimentaria, contribuye a la distribución de la riqueza y genera miles de puestos de trabajo, tanto en la ciudad como en el campo. Por eso se le confiere la categoría de cultivo político.
Aunque el costo de producción del arroz criollo es alto y deteriora su competitividad, las grandes cosechas del producto han permitido abrirle algunos nichos de mercado en el exterior.
República Dominicana registró aumentos exponenciales en las exportaciones de arroz de 2006 a 2008, aunque al año siguiente tuvieron un descenso considerable, de un 56.76% con relación al 2008. Pero para 2010 reportaron un ligero aumento.
En promedio, el 75% de las exportaciones totales de arroz partido van a Haití, pero desde 2010 hemos captado otros mercados, tales como Isla Providencia y Grecia, mientras que a Estados Unidos, España y Portugal, les vendemos arroz blanqueado
La República Dominicana exporta cuatro tipos de arroz: partido, que es el de mayor salida al exterior; blanqueado; descascarado y  con cáscara.
Las declaraciones de la titular de Proconsumidor podrían sembrar el caos en el sector arrocero, como ha pasado con el de embutidos, ya que tanto el mercado nacional como Haití, principales destinos del producto en los últimos años, han mostrado una alta sensibilidad ante estos temas.

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