No acudieron muchas estrellas internacionales, pero la gala inaugural de la 60 edición del Festival de Cine de San Sebastián se acordó de grandes intérpretes del cine que, a lo largo de tantos años, han pasado por la capital vasca para presentar sus propuestas. En una ceremonia que cedió gran parte del protagonismo al reputado Richard Gere –quien demostró las tablas que tiene al subirse a un escenario- y a su última compañera de reparto en El fraude, Susan Sarandon, pudimos ver a grandes figuras ligadas a nuestro cine como Cayetana Guillén Cuervo o José Coronadoquienes, junto a Bárbara Goenaga, condujeron una noche cargada de recuerdos guardados en las retinas de los presentes. Una gran pantalla situada en lo alto del escenario repasaba, década a década, una historia de altos y bajos, con un recorrido en color y blanco y negro por los avatares de un certamen que ha logrado consolidarse cada vez más e igualarse a sus semejantes extranjeros.
Ya con resaca y el recuerdo de una gran noche, San Sebastián acogió las primeras proyecciones. El director Pablo Berger defendió su películaBlancanieves rodeado de todo el elenco, que incluye a Maribel Verdú, Ángela Molina y Macarena García entre sus protagonistas. El Festival recibió a todo el equipo entre ovaciones y destacó al cineasta la semejanza de la cinta con la oscarizada The Artist, que también es muda y se rodó en blanco y negro. "Ambas son películas de gran presupuesto, con actores de primera división, pero The Artist fue un homenaje al cine mudo americano yBlancanieves es un homenaje al cine mudo europeo, que tiene algo más de transgresor", explicaba Bereguer.
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