En otro escenario Vakeró hubiese ganado el caso porque tenía cinco mujeres a favor y una en contra. Sí, cinco exparejas fueron a darle anoche un apoyo incondicional a su “jeque” dominicano. Incluso, lo nunca antes visto en una audiencia: se unieron en una sola oración, lloraron por un mismo motivo y pidieron a gritos la libertad de su niño mimado.
Entre las mujeres estaba Marielis Guerrero, quien ahora se proclama evangélica y quien motivó las oraciones a Dios por su amor urbano.
También le hicieron coro sus seguidores. Afuera del tribunal se veían varios jóvenes de Cristo Rey o San Pedro de Macorís, con pancartas en apoyo. Esta vez cambiaron las expresiones chabacanas de la música urbana por rezos cristianos. “Dios, nosotros contamos contigo, confiamos en ti, te amamos Vakeró”, rezaban los letreros.
Su familia no lo desamparó en el proceso. Ahí estaban su mamá, su papá, sus hermanos y otros que lo vieron crecer como un buen muchacho que hace 15 años comenzó su camino en la música urbana hasta convertirse en símbolo del género con los temas “Qué mujer tan chula” y “Amarilis échale agua”.
Al final, la sala de audiencia pasó a semejarse a una funeraria con los llantos que estallaron al saberse la noticia de que el artista iba directo al Centro de Corrección y Rehabilitación de San Pedro de Macorís.
El abogado defensor, Manuel Moquete, criticó que se haya enviado a su defendido a esa prisión cuando reside en Santo Domingo.
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